lunes, 2 de mayo de 2016

Una pieza de 1.000 años de duración

Por increíble que pueda parecer, el 31 de diciembre de 1999 a las 24 h. empezó a sonar una canción que finalizará el 31 de diciembre de 2999, año en que -si todo va bien- volverá a comenzar a sonar.
La pieza se titula LongPlayer (no podía ser de otra manera) y está basada en una pieza original compuesta por Jem Finer -músico inglés especializado en música celta- para tazones cantores (los cuencos tibetanos) y gongs, cuya duración es de 20 minutos y 20 segundos, pero que se procesa informáticamente mediante un algoritmo matemático simple que proporciona un número de variaciones consecutivas por ordenador cuyo tiempo de ejecución estimado es de 1000 años.


La pieza se pudo escuchar en la zona de relax de la Cúpula del Milenio de Londres durante el año en que ésta se inauguró, y también en algunos otros lugares públicos de Londres y en Estados Unidos, Australia y Egipto. 
Ahora es posible escuchar, en su sitio oficial y en tiempo real, el momento por el que vaya cuando te conectes y también ver exactamente cuánto lleva sonando, pero ya no es posible escuchar el principio. También es posible ver versiones en vivo, que duran unos 1000 segundos, en varios puntos del mundo, donde suena desde que comenzó, como el faro del Trinity Buoy Wharf en Londres.
Según explica el sitio oficial “Longplayer está compuesta para tazones cantores que pueden ser tocados tanto por seres humanos como por máquinas, y cuya resonancia puede ser reproducida con mucha exactitud en forma grabada. La pieza está diseñada para poder adaptarse a los cambios imprevistos en su entorno tecnológico y social, y para perdurar como una institución autosuficiente por un largo plazo". 
Para escucharlo: LongPlayer live


1 comentario:

  1. Daniel Fernández Estepar 4ºB

    Los cuencos tibetanos son recipientes de metal cuya función es la de emular los sonidos de la naturaleza. Los cuencos son encontrados regularmente en los Himalayas y en varios países vecinos como China, Tailandia y Japón.
    Los cuencos tibetanos hacen un hermoso sonido el cual actualmente se utiliza para relajar el cuerpo y en algunos casos (como el yoga) para mantener el equilibrio en el cuerpo.
    Se dice que la vibración de los cuencos tibetanos hace que el agua de nuestro cuerpo se ordene de una manera que calma nuestro cuerpo y nos quita peso de encima, es por eso que es tan usado.
    Obviamente escuchándolo en vídeos nos relaja el sonido que produce, pero al no sentir esa vibración, no podemos sentir nuestro cuerpo vibrar debido al agua.

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